Investigar es, para algunos, haber aprendido una vez muy bien una técnica y pasarse la vida aplicándola. Y así la necesaria continuidad degenera en rutina. Mientras, surgen en el horizonte otros intentos, otros temas e inquietudes. Pero el investigador sin empuje continua pasando y traspasando. En realidad ha dado ya cuanto podía dar, al no ser apto para tomar derroteros nuevos, y en su afán de supervivencia científica confunde el esfuerzo de la marcha con la indolencia del ir y venir por una misma calle. Confunde la ruta con la rutina.
JM Albareda
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