En las llanuras del saber, el empuje interno del investigador hondo yergue culminaciones, pequeñas elevaciones, vértices agudos o dilatadas cordilleras. Hombre generoso, entrega a sus discípulos la totalidad de su saber y el fruto maduro de su pensar; entonces esta cumbre científica influye en cuanto le rodea y le va levantando hasta su nivel propio; actuando sobre ese nivel, los discipulos de mayor empuje le rebasarán; se cumplira aquella definición del buen profesor: el que saca discipulos que le superan.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Una tercera para el fin de semana
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